REVOLUCIÓN EDUCATIVA
Siempre pensé que nuestro sistema educativo estába completamente obsoleto. Nos preparan para leer, hacer cálculos matemáticos,
aprendemos un poco de nuestra historia, etc.… La mayoría de esos conocimientos
se nos van olvidando con el pasar de los años, incluso muchas veces duran tan
solo para un examen. No quiero decir que todos esos conocimientos no sean
necesarios pero hay que abordar otro tipo de conocimientos y estrategias para
que la formación de la persona sea mucho más completa y acorde con los nuevos
tiempos. No nos preparan para enfrentarnos al mundo real. No nos enseñan a
gestionar nuestras emociones ni a gestionar nuestro dinero. No nos enseñan lo
que la vida nos depara. Por ejemplo. No nos enseñan a enfrentarnos a los abusos
de los demás e incluso a los abusos del propio sistema que entre todos hemos
creado y en muchas ocasiones es injusto e insoportablemente burocrático.
Hoy en día ésto cambio totalmente, vivimos en un mundo de
tecnologías cambiantes y las personas usan esa tecnología de forma cotidiana y
a veces hasta compulsiva. Es momento que los docentes desarrollen competencias
digitales para una labor más eficaz, partiendo de lo que le interesa a los
estudiantes.
Las tecnologías de la información y la comunicación han
producido impactos en todas las áreas de desarrollo. Indudablemente, el rol
docente tiene otro gran desafío con la implementación en las aulas de las nuevas
tecnologías.
Gracias a la utilización continua y eficaz de las TICs en procesos educativos, los estudiantes
tienen la oportunidad de adquirir capacidades importantes en el uso de éstas.
El docente es la persona que desempeña el papel más importante en este proceso,
de él depende revolucionar la educación.
Y hablo de “revolución” porque la evolución ya está presente. De un tiza
a un mouse, de un anotador a procesador de textos y plataformas virtuales. Un
docente que no maneje las tecnologías de información y comunicación está en
clara desventaja con relación a los alumnos. La tecnología avanza en la vida
cotidiana más rápido que en las escuelas.
El docente debe conocer las nuevas tecnologías en todas sus
dimensiones, ser capaz de analizarlas críticamente, de realizar una adecuada
selección tanto de los recursos tecnológicos como de la información que estos
manejan y debe ser capaz de utilizarlas y realizar una adecuada integración
curricular en el aula. Esto afecta al docente en la medida en que le exigen una
mayor capacitación para su utilización y una actitud abierta y flexible ante
los cambios que se suceden en la sociedad como consecuencia del avance
tecnológico.
Los sistemas educativos de todo el mundo se enfrentan
actualmente al desafío de utilizar las TICs para proveer a sus alumnos las
herramientas y conocimientos necesarios para el siglo.
La finalidad de la UNESCO es armonizar la formación de
docentes con los objetivos nacionales en materia de desarrollo.
En nuestro país, ésta es una realidad algo lejana... Si bien
las ganas están puestas, falta mucho todavía para lograr una alfabetización
tecnológica. Es una cuestión de actitud por parte de docente y personal
administrativo. Hay que dejar de tener un pensamiento enlatado. Con un poco de
incentivo podemos fusionar la educación y la tecnología por el bien del futuro
que vendrá.
Anteriormente el profesor era un transmisor del conocimiento
sin competidores, hoy el entorno tecnológico le ha quitado protagonismo. El
profesor debe asumir el reto capacitándose y preparándose para dar respuesta a
las exigencias enfrentándose con
diferentes obstáculos y desafíos como son sus propias actitudes. Para trabajar
con el ámbito tecnológico es deseable que el profesor mantenga el interés
permanente en sus estudiantes sin olvidarse que no todos los individuos
aprenden de la misma forma.
La pieza fundamental está en ellos. Los maestros deben ser
los primeros en aceptar el uso de la tecnología y los impulsores en su uso en
la comunidad: deben ser guías, consejeros, asesores y guardianes del buen uso
de la información en la formación de los estudiantes.
Los profesores con la introducción de las TICs en las
instituciones deben cambiar su rol; hoy no es suficiente pedirle a un profesor
que esté informado ni mucho menos que ande por la vida con su libro de apuntes,
no debe ser la única fuente, ni siquiera es la más completa, pues la
información a manejar es infinitamente mayor. Es por eso que el presente
tecnológico en el que vivimos le exige que en sus aulas fomenten la
convivencia, la participación, la cooperación, la autocrítica, la ética y la
reflexión y que parta de los conocimientos que ya trae el alumno, para
sistematizarlos y utilizarlos de manera creativa y constructiva. Debe ser capaz
de crear personas con pensamiento crítico cuyos conocimientos sean duraderos,
significativos.
En manos de los alumnos, las TICs son recursos poderosos
para el desarrollo de sus habilidades de razonamiento y resolución de
problemas, así como para la realización práctica del principio de la autonomía
e individualización en los procesos de construcción del conocimiento.
¿Y cómo no va a ser una buena idea entrar en sus mundos y
enseñarles como aprender con algo que utilizan todos los días?
El docente debe revolucionar la educación, se trata tan solo
de personalizar las enseñanzas entrando en el mundo de los alumnos.
El derecho a una mejor educación debe ampliarse, porque la
sociedad actual nos va exigiendo diseñar nuevas estrategias y acciones
complementarias, para transformar las aulas de clases en centros de
aprendizajes que ofrezcan a los educandos la oportunidad de crecer como
personas.
En una sociedad en la que la información ocupa un lugar tan
importante es preciso cambiar de pedagogía y considerar que el alumno
inteligente es el que sabe hacer preguntas y es
capaz de decir cómo se responde a esas cuestiones. La integración de las
tecnologías así entendidas sabe pasar de estrategias de enseñanza a estrategias
de aprendizaje.