domingo, 20 de octubre de 2013

      REVOLUCIÓN EDUCATIVA
Siempre pensé que nuestro sistema educativo estába completamente obsoleto. Nos preparan para leer, hacer cálculos matemáticos, aprendemos un poco de nuestra historia, etc.… La mayoría de esos conocimientos se nos van olvidando con el pasar de los años, incluso muchas veces duran tan solo para un examen. No quiero decir que todos esos conocimientos no sean necesarios pero hay que abordar otro tipo de conocimientos y estrategias para que la formación de la persona sea mucho más completa y acorde con los nuevos tiempos. No nos preparan para enfrentarnos al mundo real. No nos enseñan a gestionar nuestras emociones ni a gestionar nuestro dinero. No nos enseñan lo que la vida nos depara. Por ejemplo. No nos enseñan a enfrentarnos a los abusos de los demás e incluso a los abusos del propio sistema que entre todos hemos creado y en muchas ocasiones es injusto e insoportablemente burocrático.
Hoy en día ésto cambio totalmente, vivimos en un mundo de tecnologías cambiantes y las personas usan esa tecnología de forma cotidiana y a veces hasta compulsiva. Es momento que los docentes desarrollen competencias digitales para una labor más eficaz, partiendo de lo que le interesa a los estudiantes.
Las tecnologías de la información y la comunicación han producido impactos en todas las áreas de desarrollo. Indudablemente, el rol docente tiene otro gran desafío con la implementación en las aulas de las nuevas tecnologías.
Gracias a la utilización continua y eficaz de las TICs  en procesos educativos, los estudiantes tienen la oportunidad de adquirir capacidades importantes en el uso de éstas. El docente es la persona que desempeña el papel más importante en este proceso, de él depende revolucionar la educación.  Y hablo de “revolución” porque la evolución ya está presente. De un tiza a un mouse, de un anotador a procesador de textos y plataformas virtuales. Un docente que no maneje las tecnologías de información y comunicación está en clara desventaja con relación a los alumnos. La tecnología avanza en la vida cotidiana más rápido que en las escuelas.
El docente debe conocer las nuevas tecnologías en todas sus dimensiones, ser capaz de analizarlas críticamente, de realizar una adecuada selección tanto de los recursos tecnológicos como de la información que estos manejan y debe ser capaz de utilizarlas y realizar una adecuada integración curricular en el aula. Esto afecta al docente en la medida en que le exigen una mayor capacitación para su utilización y una actitud abierta y flexible ante los cambios que se suceden en la sociedad como consecuencia del avance tecnológico.
Los sistemas educativos de todo el mundo se enfrentan actualmente al desafío de utilizar las TICs para proveer a sus alumnos las herramientas y conocimientos necesarios para el siglo.
La finalidad de la UNESCO es armonizar la formación de docentes con los objetivos nacionales en materia de desarrollo.
En nuestro país, ésta es una realidad algo lejana... Si bien las ganas están puestas, falta mucho todavía para lograr una alfabetización tecnológica. Es una cuestión de actitud por parte de docente y personal administrativo. Hay que dejar de tener un pensamiento enlatado. Con un poco de incentivo podemos fusionar la educación y la tecnología por el bien del futuro que vendrá.
Anteriormente el profesor era un transmisor del conocimiento sin competidores, hoy el entorno tecnológico le ha quitado protagonismo. El profesor debe asumir el reto capacitándose y preparándose para dar respuesta a las  exigencias enfrentándose con diferentes obstáculos y desafíos como son sus propias actitudes. Para trabajar con el ámbito tecnológico es deseable que el profesor mantenga el interés permanente en sus estudiantes sin olvidarse que no todos los individuos aprenden de la misma forma. 
La pieza fundamental está en ellos. Los maestros deben ser los primeros en aceptar el uso de la tecnología y los impulsores en su uso en la comunidad: deben ser guías, consejeros, asesores y guardianes del buen uso de la información en la formación de los estudiantes.
Los profesores con la introducción de las TICs en las instituciones deben cambiar su rol; hoy no es suficiente pedirle a un profesor que esté informado ni mucho menos que ande por la vida con su libro de apuntes, no debe ser la única fuente, ni siquiera es la más completa, pues la información a manejar es infinitamente mayor. Es por eso que el presente tecnológico en el que vivimos le exige que en sus aulas fomenten la convivencia, la participación, la cooperación, la autocrítica, la ética y la reflexión y que parta de los conocimientos que ya trae el alumno, para sistematizarlos y utilizarlos de manera creativa y constructiva. Debe ser capaz de crear personas con pensamiento crítico cuyos conocimientos sean duraderos, significativos.
En manos de los alumnos, las TICs son recursos poderosos para el desarrollo de sus habilidades de razonamiento y resolución de problemas, así como para la realización práctica del principio de la autonomía e individualización en los procesos de construcción del conocimiento.
¿Y cómo no va a ser una buena idea entrar en sus mundos y enseñarles como aprender con algo que utilizan todos los días?
El docente debe revolucionar la educación, se trata tan solo de personalizar las enseñanzas entrando en el mundo de los alumnos.
El derecho a una mejor educación debe ampliarse, porque la sociedad actual nos va exigiendo diseñar nuevas estrategias y acciones complementarias, para transformar las aulas de clases en centros de aprendizajes que ofrezcan a los educandos la oportunidad de crecer como personas.

En una sociedad en la que la información ocupa un lugar tan importante es preciso cambiar de pedagogía y considerar que el alumno inteligente es el que sabe hacer preguntas y es  capaz de decir cómo se responde a esas cuestiones. La integración de las tecnologías así entendidas sabe pasar de estrategias de enseñanza a estrategias de aprendizaje.